domingo, 31 de enero de 2010

Atracción fatal

No resulta muy difícil tapar un agujero cuando se supone que no debería estar allí. Un trasplante de tejido epitelial de un lado a otro, y como si nada. Simmons no podía evitar sentir una sensación extraña al tener que levantar sólo un 60% de la masa de su cuerpo para mantenerse erguida. Bueno, un 60% de su antiguo cuerpo, del que había que descontar sus dos brazos de titanio extraídos de forma precisa por un potente campo magnético. Su vida seguía, con su voluminoso cuerpo, y con sus dos raquíticos brazos a los que tendría que dar verdadero uso a partir de ahora. Por fin había adquirido la normalidad con la que antiguamente había soñado, y que ahora le sentaba como un jarro de agua fría. Al parecer, eso no era un tema de interés en aquel momento, ya que todo el trato que había tenido hasta el momento fue con una doctora, dos enfermeras y un celador.

Las consecuencias de la anomalía magnética habían sido impresionantes. Objetos metálicos fueron proyectados contra personas y personas se precipitaron sobre paredes y otros obstáculos cercanos perdiendo algo más que el conocimiento en el proceso. Desde cualquier punto d ella ciudad podía verse una columna de humo que había provocado un satélite espacial al crear un cráter a unos kilómetros de la ciudad. Algunos de los edificios más grandes de la ciudad quedaron derruidos. Parecía el resultado de una partida de bolos cósmica, a la par que macabra.

Los hospitales de las ciudades vecinas estaban colapsados; muchos pacientes y pocos medios. Todo ese traslado, además de complicado debido a la ausencia de animales capaces de tirar de varias personas, fue algo inútil, aunque nadie llegó a pensar que la maquinaria de las ciudades vecinas estaría también inutilizada. Sin embargo, se desconocía si este efecto se había propagado por todo el planeta, aunque la ausencia de vuelos que tenían prevista su llegada unas pocas horas del incidente, era algo más que sospechoso. Comunicaciones inutilizadas, al igual que medios de transporte muy extendidos. Se rescataron algunas imprentas, consideradas piezas de coleccionista, para poder publicar un par de páginas, y así informar a la gente de lo sucedido sin crear un estado de alarma. Bueno, al menos eso era lo que se tenía previsto...
Bujold no daba crédito a lo que había ocurrido. Ya estaba recuperado de los golpes físicos y saliendo del estado de shock generalizado que se había producido. Sin embargo, no se encontraba para nada tranquilo

- ¡No puede estar pasando!

No había dejado de mirar lo que parecía ser una brújula en intervalos de 5 minutos, hasta que lanzó la brújula por los aires. Sus peores sospechas se estaban cumpliendo.

- Nos quedan horas de vida
- ¿Pero qué estas diciendo?
- Nos hemos quedado sin Polo Sur

La expresión de confusión de Bujold fue suficiente para explicar que era lo que eso significaba exactamente. Se refería al Polo Sur magnético. Eso significaba que ahora mismo la Tierra carecía de su preciado campo magnético terrestre o ionosfera. Sin ionosfera, adiós a la protección de gran parte de las radiaciones que llegaban del espacio.

- ¿Y hay algo que podamos hacer?
- Sí.

Le da un apretón de manos.

- Disfrute de sus últimas horas. Nos veremos en la otra vida.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Tener el DON de ser NADIE

El ser iba recomponiendo toda su estructura poco a poco. La materia de desecho trepaba rompiendo unas cuantas leyes de la física por el camino; no sólo se dirigía en el sentido opuesto al que suele dirigirse la materia con masa y en ausencia de fuerzas, sino que lo hacía aumentando su velocidad a aceleración constante. El proceso se prolongó durante varios minutos ante la atónita mirada del científico Gasan y los agentes Bujold y Simmons.

Terminó el proceso, y como si nada, el ser volvió a su posición original que ya tenía semanas atrás, estático. Se produjo un profundo silencio

- Mierda - dijo la agente Simmons mientras se agarraba un brazo

Gasan, alarmado, sacó del maletín que siempre llevaba consigo un aparato que parecía un mando a distancia. A los dos segundos se podía ver lo siguiente:

Bujold no entendía nada. Él estaba todavía sorprendido por la “recomposición”, pero por la expresión de Gasan había motivos para estar muy alarmado. Empezó a sentir como la hebilla de su pantalón y su pistola tiraban de él. La pistola de su compañera y el maletín de Gasan ya se encontraban adheridos al cuerpo del ser.

- ¡Bujold, suelta todos los objetos metálicos que lleves! ¡¡Simmons!!, ¡¿A qué estás esperando?! ¡¡¡Vete de aquí!!!

Simmons tuvo una infancia difícil. Debería acuñarse un nuevo término para definir el grado de marginación que tuvo que soportar: poco agraciada, sujeta de por vida a una dieta especial, además de ser dos veces más grande que muchos de los chicos de su edad y de poseer el doble de brazos. Ni que decir tiene que sus intentos de pasar desapercibida eran inútiles. Fue muy duro para ella, y bueno, también para sus padres, que eran los “culpables” de que tuviera 2 brazos extra.

Cuando decidieron tener descendencia, se encontraban en un momento de dificultades económicas. Entonces apareció la posibilidad de AGADN (Alteración durante la Gestación del ADN). Por lo visto, su hija era bastante apta para una modificación de las que llaman de “amplio alcance”, por lo que su oferta era todavía más suculenta. Una vez sabido cual era el “don” más apto para ella, sus padres tuvieron sus dudas, pero era la única forma de que después pudieran cubrir sus gastos de su educación.

La modificación consistía en añadir dos brazos, algo que, a priori, parecía una tarea sencilla, pero se trataba en realidad de las modificaciones más complejas que se conocían hasta la fecha, ya que se trataba de que crecieran de forma “natural”, a la vez que se iba desarrollando y creciendo. Por otro lado estaba saber el tipo de trabajo para el que estaba preparada para realizar. Para esto se realizan unos análisis de previsión de capacidad cerebral. Se concluyó que debía encargarse de labores de defensa, por lo que se diseñaron unos brazos acordes con la tarea que iba a realizar. Los cambios más significativos fueron la sustitución de la masa ósea de los brazos por una aleación de Titanio y la eliminación por completo de todos los nervios sensitivos.

Debido a esa aleación (3 veces más densa que la masa ósea), tenía que seguir una dieta especial para mantenerla sin deterioros y creciera a un ritmo regular. Además, fue adquiriendo una musculatura bastante llamativa. Todos los ataques físicos que no iba a recibir debido a su fortaleza, se transformaron en ataques psicológicos. El tiempo no lo cura todo, al menos, no a nivel psicológico; pero después de varios años sacando partido a su “don”, pudo enterrar parte de esa basura que se había acumulado en su subconsciente durante la adolescencia.

Simmons sentía una tensión en sus brazos indescriptible. No era algo que su cerebro estuviera sintiendo directamente, pero la visión de sus “huesos” a punto de salir de los brazos no era una sensación muy agradable.

- ¡¡Simmons, sal por la puerta!!

Simmons reacciono y empezó a aproximarse a la puerta, dejando sus dos brazos artificiales atrás. En el momento que llegó a la puerta y la abrió podía leerse en el Teslametro:

Dos equipos de ordenador rompieron el cristal de seguridad y se dirigían rumbo al ser. La hebilla arrancada del cinturón de Bujold tenía el mismo destino. Al igual que los dos brazos biónicos de Simmons. Los tres de ellos habían perdido el conocimiento. Uno de ellos desangrándose por debajo de los brazos.

Acto seguido todos los objetos que se encontraban adheridos al ser, precipitaron sobre el suelo. En el teslametro podía leerse “0.0 T”

lunes, 7 de diciembre de 2009

Don "pre-innato"

Los días pasaban y el ser seguía yaciendo en el suelo. El impacto que había dejado el alienígena se fue disipando, aun así los trabajos de investigación seguían en marcha, sin entrar en contacto. Había que estudiar cual era su procedencia, pero mucha gente prefería discutir sus posibles intenciones.

- La verdad es que podría ser algún tipo de misión de reconocimiento, deberíamos estar atentos ante cualquier amenaza.
- Tú y tus paranoias, no creo que suponga mucha amenaza un ser que sólo es capaz de aguantar 2 semanas en la tierra y sin realizar ningún tipo de actividad.

Un hombre que pasaba por los pasillos de laboratorios se detuvo.

- Ningún tipo de actividad visible querrás decir.
(silencio)
- Hola, soy Liam Gasan, y vosotros debéis ser Bujold y Simmons si no me equivoco.
- Pues ha dado en el clavo.

Se produjo el protocolario estrechón de manos. Gasan frunció el ceño y dijo:

- Vaya, vaya, parece que hay que tener algo más que un informe impecable para formar parte de la elite. Lo que lleva usted, se trata de un traje adiabático, ¿no es cierto? Tiene un tacto inconfundible.

El agente Bujold, efectivamente, llevaba un traje adiabático en ese momento. Prácticamente las 24 horas del día en realidad ya que pasaba poco tiempo en su apartamento. No era ningún capricho, era una obligación para él desde el mismo día que nació: tenía que tener bajo control su “don”

- Dado que lo sabe todo sobre nosotros, podría empezar a contarnos que hace exactamente aquí – intervino algo irritado Bujold.
- Bueno, he venido a vigilar que se trata todo este caso del alien menguante con extrema precaución y creo que su don, Bujold, va a resultarnos más útil que nunca
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Atermia

Bujold, al igual que Simmons y otros miembros de su unidad, habían sido elegidos, tras innumerables cálculos, como personas aptas para AGADN (Alteración durante la Gestación del ADN). Era un proceso complejo; sólo unos pocos “afortunados” poseían las características adecuadas. En el caso de Bujold, presentaba una extraña combinación de genes que alteraban la regulación de temperatura corporal, siendo muy similares a los de una gallina, cuya temperatura es 4 grados absolutos superior a la del ser humano, y ese fue el punto de partida para su modificación.

En principio lo que se buscaba era un ser modificado que fuera capaz de resistir a temperaturas extremas, por lo que sus límites de temperatura (15⁰C y 51⁰C), permitían una mayor adaptabilidad que la de un ser humano sin modificar (26⁰C y 41⁰C). Se tuvo que producir un cambio muy severo en su organismo: sus proteínas se hicieron más estables, con enlaces intermoleculares inducidos mucho más intensos (para que pudieran mantener sus funciones a temperaturas muy elevadas) y además se introdujo la capacidad de “suspensión” del metabolismo celular, (para permitir la supervivencia a temperaturas bajas sin que se produjera muerte cerebral). Una vez ampliado ese rango de temperaturas se prolongaron las investigaciones, hasta conseguir que Bujold pudiera desarrollar con la edad un control sobre su metabolismo y acelerarlo o frenarlo a su voluntad, para inducir cambios de temperatura en su cuerpo.

Así es como llegó Bujold al mundo, preprogramado y predestinado para una sola causa: investigación espacial. Los primeros años de su vida estuvieron muy controlados. Primero estaba bajo vigilancia constante de un científico que vigilaba cualquier variación en las constantes de Bujold. Además, estaba el uniforme adiabático, que se encargaba de que no pudiera dañar nada de su entorno. Para evitar que se dañara asimismo teniendo que disipar todo el calor en el menor volumen posible, así que ingería grandes dosis de la sustancia con mayor capacidad calorífica volumétrica: el agua líquida (4,2 J/(cm3•K)). Esto debía de ir acompañado de la expulsión a través de la orina de ese mismo agua a altas temperaturas.

Sin embargo, Bujold fue incapaz de controlar su poder. Muchos fueron los pedagogos que intentaron innumerables formas de que Bujold consiguiera controlar su poder. Fue un desastre, ya que fue mucho el dinero invertido en su don, y el no había estado a la altura. Se descartó como investigador espacial y su vida se redirigió por el plan B: agente de policía.

- Bueno, he venido a vigilar que se trata todo este caso del alien menguante con extrema precaución y creo que su don, Bujold, va a resultarnos más útil que nunca.

Gasan abrió la puerta de la sala donde se encontraba el sujeto.

- Quítate el guante e intenta disminuir su temperatura corporal.

Bujol iba a negarse, pero entonces vio el brillo de los ojos del Sr. Gasan.

(…)

Se quitó el guante derecho, redujo su temperatura corporal y tocó al alien. Entonces ocurrió lo inimaginable. El cuerpo aparentemente inerte del ser empezó a absorber la materia de desecho que tenía a su alrededor mientras se incorporaba sobre el suelo.

Fuentes:

Wikipedia (Hipertermia, Hipotermia, capacidad calorífica específica, capacidad calorífica volumétrica)
medlibrary.sahealth.com (hipotermia)

publicalpha.com(los límites del cuerpo humano: temperatura corporal)
mailxmail.com (temperatura corporal en animales)

domingo, 25 de octubre de 2009

Crecimientos escalados

La sucesión de acontecimientos fue tan rápida que ningún tipo de preparación hubiera sido suficiente para observarlo con detenimiento. Lo único con lo que contaban de la transformación de su anatomía en humana y su posterior encogimiento era las grabaciones de video, las condiciones de la habitación así como las pruebas de rayos X que se estaban realizando en el momento y que no se detuvieron.

Era increíble, pero aún así, cierto. Incluso el agente Bujold, devorador de ciencia ficción en cualquier forma de expresión, no daba crédito a lo que había pasado. No era la primera vez que presenciaba algo parecido, se había topado con numerosos casos de monstruos que se volvían gigantes o bichos que se hacían diminutos, ya fuera impreso en papel o proyectado en la pantalla de un cine. Sin embargo siempre acababa decepcionado con la falta de imaginación para resolver problemas derivados de esas transformaciones.

Unas veces era la falta de argumentos que justificaran como criaturas gigantescas eran capaces de soportar su propio peso, y otras veces había inconsistencia con la aparición o desaparición súbita de materia corporal. Esto era algo que le molestaba cuando una historia de ciencia ficción prometía, pero acababa mal desarrollada, un problema que le había acompañado desde que era pequeño:

¿Cómo es posible que una seta contenga tanta masa? o ¿qué pasa con ella cuando vuelvo a ser pequeño? eran algunas de las preguntas que hacía a sus padres mientras jugaba a la consola.

Bujold era un aficionado de los videojuegos de Mario, bueno, en realidad lo seguía siendo. Sin embargo, esas preguntas le rondaban la cabeza siempre que se ponía a jugar.

Lo que para sus padres parecía una chiquillada, era una de las primeras muestras de la gran inteligencia que poseía su hijo.

Él era consciente de que si se modificaba un cuerpo multiplicándolo por un factor X, su superficie se multiplica por un factor X al cuadrado y su volumen, por un factor X al cubo, al menos, eso es lo que había observado tras horas y horas de jugar con sus bloques de LEGO. El también comprendía que la fuerza es proporcional a la sección de los músculos (relacionado por un factor X al cuadrado al cambiar de tamaño), pero sin embargo, el peso dependía del volumen (no conocía todavía los conceptos de densidad, pero si que sabía que sus compañeros de clase más grandes pesaban más). Esto se traducía en que a partir de cierto punto, Mario no debería poder levantar su propio peso.

Otra cosa que le llamaba la atención era como un objeto relativamente pequeño como una seta (aunque aparentemente fuera más grande que la cabeza del personaje), fuera de dar lugar a tanta materia, para posteriormente desaparecer sin dejar rastro. Todavía le quedaban cosas por entender, pero estaba claro que poseía una mente prodigiosa, algo que se hizo evidente más adelante y que explica su rápido paso por la escuela y posteriormente la Universidad.

Sin embargo ahí estaba, incapaz de poner pegas a lo que había ocurrido. En la misma situación se encontraban el resto de científicos. También habían aparecido unos altos cargos del ejército. Al parecer, ya habían intentado en numerosas ocasiones crear mediante Alteración durante la Gestación del ADN (AGADN) hombres de diferente tamaño para estudiar su eficacia en combate, aunque con poco éxito. Para cada método que proponían, surgía alguna desventaja, pero trabajando a partir de los datos obtenidos podría haber una pequeña posibilidad de éxito.

De una forma u otra, algunos consiguieron lo que estaban buscando mientras otros muchos se mostraban decepcionados; esperaban bastante más de ese misterioso ser que apareció una mañana sentado en un banco y que ahora yacía en el suelo de un laboratorio rodeado de su propia materia de desecho.

lunes, 19 de octubre de 2009

Fricción reducida

Los análisis y pruebas siguieron prolongándose, pero el interés sobre el sujeto por parte de algunos científicos iba disminuyendo.

Esto fue hasta que se produjo la primera fricción. Fue durante unas pruebas de Rayos X. Ni los presentes durante la fricción pueden explicarse como pasó, pero lo que si que habían apreciado era el gran cambio que se había producido en la anatomía de ser; ahora poseía boca, nariz, orejas y demás rasgos características de un ser humano. Sin embargo, lo que mas llamó la atención fueron sus cambios a nivel interno: ahora poseía órganos y tejidos diferenciados. Lo que antes era una masa constante y uniforme dio lugar a un esqueleto, musculatura, aparato digestivo, aparato circulatorio,... que se asemejaban mucho a los de una persona. Todo esto fue acompañado de un descenso de la temperatura en el ambiente.

Algo que no cambió de forma significativa fue su sistema “nervioso”, que aunque ahora ocupaba el espacio en el que se encuentra el cerebro en un homo sapiens, seguía siendo una cavidad hueca con dos masas que en ese instante orbitaban una alrededor de la otra, pero no parecía que fuera a durar mucho tiempo.

Ese día, los agentes Simmons y Bujold encontraron bastante difícil dar crédito a los impulsos que percibían a través de sus ojos. Después de 6 largos días de completa inactividad por parte del sujeto, ver que en unos instantes se producía ese gran cambio, era algo que costaba creer. Sin embargo, ahí estaba, delante de sus ojos, con apariencia de ser humano, pero con la inactividad de siempre.

El ritmo de pruebas se incrementó hasta alcanzar los niveles de los primeros días, pero aun así fue imposible predecir el siguiente cambio. Lo que comenzó con un ligero aumentó en la velocidad de rotación de las dos masas en fricción se tradujo exteriormente en una reducción del tamaño del ser de forma constante. Se comenzó un control minucioso sobre el encogimiento descontrolado tan pronto como se pudo, para así poder entender como se produjo esa reducción.

Lo único que podían apreciar los dos agentes a través del cristal blindado era como el espécimen “sudaba” partículas sólidas que precipitaban en el suelo a medida que iba haciéndose más pequeño. Por lo visto el ser se estaba deshaciendo de partículas para así poder optimizar su volumen mientras iba disminuyendo de tamaño. El análisis de los diferentes resultados debía producirse mientras el ser se reducía lentamente ya que se desconocía hasta cuando iba a estar encogiendo y cual iba a ser el resultado.

La impresión general que se obtenía al observar los resultados era de que todo disminuía de forma proporcional. Bueno, casi todo. Había algo que no seguía las leyes de proporcionalidad mientras el resto del cuerpo iba encogiéndose. Se trataba de la cavidad que contenía las dos masas móviles que tanto habían dado que hablar. Aunque cambiaba de forma para adaptarse al resto de elementos que se reducía, mantenía su volumen constante. A medida que la cabeza iba encogiéndose, la cavidad iba extendiéndose por el cuello y el tronco superior. Este mantenimiento del tamaña del hueco debía de ser compensado con algo, ya que se encontraba ocupando zonas que no lo correspondían. Empezó con la reducción muy pronunciada de los músculos del cuello seguido por la posterior desaparición de los mismos, quedando desprovista la cabeza de cualquier tipo de movimiento.

La reducción siguió una vez sobrepasada la marca de la mitad de su tamaño original. La materia de deshecho seguía acumulándose alrededor del ser y ya empezaban a ocupar un volumen considerable. Sin embargo ya empezaban a surgir problemas ventilatorios del aparato respiratorio. Fue cuestión de minutos que el ser se desmayara y se hundiera entre la materia que había desechado.

lunes, 12 de octubre de 2009

Ciencia fricción

Encuentro

Estaba ahí, sentado en el suelo. Ninguna sorpresa, ya que 23 llamadas habían informado a los servicios de emergencia de que “algo” de aspecto sospechoso estaba sentado en el suelo. Si los conocimientos de uno de los agentes que había adquirido sobre ciencia ficción pudieran aplicarse a la vida real, definitivamente eso que estaba ahí debía de ser un ser extraterrestre.

No tenía un aspecto muy amenazante, pero es bastante comprensible el miedo expresado por la gente que dio el aviso. Al fin y al cabo se trataba de algo poco habitual y que se salía de la norma, algo que ya había sentido en sus propias carnes la agente Simmons, que había sido “agraciada” con 2 extremidades superiores en su 2ª semana de gestación. No es que se sintiera especialmente identificada, pero entendía la situación.

A pesar de la aparente inactividad de ese “ser”, la movilización del ejército y demás organismos de seguridad fue bastante más aparatosa de lo que se había visto hasta la fecha en el país. Simmons volvió a dejar claro una vez más su obsesión conspiratoria:

- Justo cuando falta un mes para las elecciones generales

Fricción

La agente Simmons y su compañero Bujold seguían con sus conclusiones precipitadas. Bujold, al contrario que su compañero, no era muy consciente de la situación que le rodeaba. Inmerso en numerosas novelas, comics, películas, videojuegos y series de ciencia ficción, estaba comenzando a encontrar dificultades en distinguir la realidad de la ciencia ficción. Habían pasado 3 días y las teorías que habían estado discutiendo los dos compañeros se redujeron a 2: extraterrestre de intenciones desconocidas, o creación humana con fines conspiratorios.

Esas 72 horas estuvieron plagadas de pruebas y teorías de grandes científicos y pensadores de la época. La primera conclusión, a pesar de obvia, era bastante necesaria: no se trataba de un ser humano. En realidad no podía ser tampoco ningún tipo de animal que hubiera habitado la tierra, pero los biólogos no querían sacar conclusiones precipitadas. Los análisis proseguían con lo que parecía, según Bujold, un “Recopilatorio de ciencia ficción”.

La masa era uniforme prácticamente en todo el cuerpo del ser, con pequeñas variaciones en los órganos que se supuso que emplearía para ver u oír. No había partes diferenciadas que indicaran si podría llegar a realizar algún tipo de movimiento o reacción ante un estímulo.

Pese a esto, la parte del cuerpo que más había fascinado a los científicos era una cavidad hueca que tenía en su cabeza. La conclusión generalizada apuntaba a un sistema nervioso central, que a diferencia del que presentaban otras especies conocidas, se encontraba centralizado ocupando el 80% del volumen de su cabeza.

Dentro de la cavidad observaron dos masas de reducido tamaño, que se encontraban en una posición diferente cada vez. Se intentó predecir el movimiento de esas dos masas monitorizando ese misterioso hueco, pero su trayectoria era muy sensible a las interacciones. Además de que interaccionaban entre ellas y con las paredes de la cavidad de forma imprevisible, había quedado demostrado que también estaba influido por los objetos y personas que se encontraban en la habitación en el momento de hacer la prueba.

Sin embargo, algo que no había ocurrido es que esas dos masas entraran en contacto, que realizaran un choque, pero sin embargo todo apuntaba a que eso era posible, pero no se había producido aun. Los resultados que originarían el contacto, la fricción entre las dos masas, eran algo más que desconocidos por los científicos, eran temidos.

Sólo era cuestión de tiempo, había que esperar, la fricción podría ocurrir en cualquier momento...